El Concejal de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta, Antonio Navarro, ha presidido esta mañana la colocación de la placa de certificación energética del auditorio de Cabezo de Torres, que le otorga una clasificación “C”, dentro de una escala que abarca desde la “A”, en el mejor de los casos”, a la “G”, que es la peor calificación posible.
Este trabajo responde a las actuaciones desarrolladas por el Ayuntamiento de Murcia, a través del Servicio ALEM, su Agencia Local de Energía y Cambio Climático de Murcia, cumpliendo así los requerimientos del Real Decreto para la certificación de la eficiencia energética de los edificios. Esta normativa obliga a tener y exhibir su certificado y etiqueta de eficiencia energética los edificios municipales de más de 500 metros cuadrados útiles y con afluencia de público.
Este trámite califica al inmueble mediante una puntuación en forma de letra, desde la “A”, que representa el comportamiento más eficiente en la escala de consumo de energía y emisiones de CO2, hasta la “G”, que es la peor calificación posible. En la misma viene especificado el consumo de energía expresado en KWh (kilovatios hora) de un edificio por m2 y año o las emisiones teóricas de CO2 que produce dicho edificio también por m2 y año.
En el caso del Auditorio Cabezo de Torres, la calificación obtenida es la “C”, una etiqueta muy aceptable tratándose de un edificio construido en 2000, que le permitió ser diseñado con criterios de eficiencia energética, puesto que el año de construcción de los edificios condiciona los sistemas constructivos y los materiales con los que fueron edificados, dos parámetros que tienen gran peso en la calificación energética. En el caso del auditorio de Cabezo de Torres, su consumo de energía es de 158 KWh/m2 año, con unas emisiones de 28,6 kg CO2/m2 año.
Punto de partida
Antonio Navarro señala que el objetivo principal de la certificación energética es informar de cuál es el comportamiento energético de nuestros edificios y viviendas, pero “esta información debe ser el punto de partida para acometer mejoras y reformas encaminadas a hacerlos más eficientes”.
Explica el titular de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta subraya que “no debemos quedarnos solamente con la letra obtenida en el certificado energético, lo importante es aprovechar esta información para convertir nuestros hogares y edificios públicos en espacios más eficientes, más sostenibles y que empleen mejor la energía.”
En el caso de las medidas de mejora identificadas en al Auditorio de Cabezo de Torres y que convertirían su calificación “C” en “B”, sería la sustitución del alumbrado existente a LED y la instalación de una planta fotovoltaica de autoconsumo, cuyo estudio ya se ha iniciado.
Edificios de consumo casi nulo
La Directiva 2010/31 de eficiencia energética en edificios, establece como objetivo específico que antes de que finalice el año 2020 todos los edificios nuevos tengan un consumo de energía casi nulo o muy bajo, y la escasa energía que requieran deberá proceder en una proporción muy significativa de fuentes de energía renovables.
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