Con la llegada del verano comienza la poda de uno de los elementos más reseñables de las zonas verdes, las palmeras. Se van a eliminar las palmas secas, así como los frutos que puedan caer a la vía pública de 20.000 ejemplares repartidos entre la ciudad y pedanías evitando accidentes por caída de ramas o por resbalones y reduciendo problemas de alergias mejorando la estética de nuestra ciudad y reduciendo problemas de suciedad en la vía pública, entre otros muchos beneficios.
Estos trabajos los están llevando a cabo varios equipos compuestos por más de una decena de personas, y que está previsto que duren hasta el próximo mes de octubre.
Aunque el trabajo se desarrollará en todo el municipio de Murcia, algunos de los lugares donde hay una mayor concentración de palmeras son el Palmeral de Santiago y Zaraiche, Alquerías, La Alberca o El Palmar, entre otros.
Las palmeras están siendo podadas y tratadas por profesionales que cuentan con todas las medidas de seguridad necesarias para el desarrollo de estas labores y cumpliendo la más estricta normativa.
Una vez finalizada la poda se realizarán tratamientos fitosanitarios en los ejemplares para evitar la presencia de picudo rojo, asegurando así el crecimiento y desarrollo de las más de 20.000 palmeras que hay en el municipio de Murcia.
Al día se podan más de 120 ejemplares, todos los meses se fumigan y se revisan de forma continua.
"El objetivo de esta actuación es garantizar el desarrollo de las palmeras y la seguridad de los vecinos del municipio, que es nuestra prioridad y que puedan disfrutar de los espacios al aire libre en familia y con amigos en las mejores condiciones", explica el edil de Modernización de la Administración y Desarrollo Urbano, José Guillén.
Inspecciones en otros árboles
También se presta especial atención a otros árboles del municipio, en concreto a los denominados como singulares. Estas inspecciones las llevan a cabo especialistas externos y técnicos municipales, que prestan especial atención a las olas de calor que sufre el municipio, ya que las altas temperaturas afectan a los árboles, en concreto a los ficus por su gran dimensión.
Además, el servicio de Parques y Jardines hace batidas diarias por los jardines para revisar de forma visual el estado de los ejemplares, aunque la labor técnica de altura se realiza cada seis meses aproximadamente.
También hay 70 sensores instalados en diferentes ficus que aumentan los controles de seguridad informando de la humedad en el entorno del árbol, de la temperatura, del riego, de la humedad del suelo, así como la foliar.
"Esta iniciativa pionera, ya que es la primera vez en toda España que se realiza en árboles ornamentales, permite disponer de datos suficientes para determinar un histórico y predecir situaciones de estrés de árbol y minimizar riesgos" ha remarcado José Guillén.