Los resultados de un trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Murcia (UMU), financiado por la Autoridad Portuaria de Cartagena, ofrecen un enfoque útil a la hora de proponer políticas de restauración de un hábitat prioritario del Mediterráneo semiárido, promoviendo el papel de las aves en la dispersión de semillas.
Se trata de un estudio desarrollado en el hábitat prioritario 5220*, concretamente en la de Sierra de la Fausilla (costa de Cartagena), dirigido por la investigadora de la UMU Pilar de la Rúa. El sureste ibérico representa el único enclave de este hábitat en la Europa continental, siendo, además, una zona muy amenazada por las actividades humanas, lo que ya ha producido una importante disminución de su superficie ocupada.
Los resultados de la investigación, publicada en la revista PeerJ, señalan que gran cantidad de animales, en especial las aves, consumen los frutos de las plantas características del hábitat 5220* contribuyendo así a la dispersión de sus semillas, lo que supone una oportunidad para diseñar estrategias de conservación y paliar los efectos de las alteraciones humanas.
El papel de los animales en la restauración del hábitat prioritario
En el marco de este estudio, se recolectaron semillas regurgitadas y también heces que las contenían. Con estas muestras, "se han identificado los animales dispersores combinando herramientas genéticas, mediante la técnica que se conoce como código de barras de ADN-barcoding, y la identificación visual de las heces", señala uno de los investigadores a cargo del estudio, Vicente Martínez López.
Los resultados muestran que las aves fueron las encargadas de dispersar la mayoría de las especies de plantas características del hábitat 5220*. En cuanto a los mamíferos, dispersaron muy pocas especies nativas (destacando el palmito) siendo principalmente dispersores de especies cultivadas por el hombre.
Un hábitat prioritario
Los hábitats prioritarios son aquellos con especial grado de amenaza, dada su distribución limitada dentro de la Unión Europea, y que, por tanto, tienen elevado riesgo de desaparecer del territorio de la misma. En el caso del 5220*, la de Sierra de la Fausilla, se trata de una zona caracterizada por la presencia de matorrales arborescentes mediterráneos con azofaifos en zonas costeras generalmente áridas, formaciones caracterizadas por la presencia de muchas especies de fruto carnoso.
Implicaciones futuras
"Estos resultados suponen un primer diagnóstico sobre el papel de los animales que se alimentan de frutos, en la dispersión de las plantas de fruto carnoso características del hábitat 5220*. Sin embargo, hace falta desarrollar líneas futuras de investigación para poder evaluar el papel de los animales como agentes restauradores de este ecosistema", señala Martínez López.
Según el investigador de la UMU, muchas de las especies vegetales de este entorno presentan fuertes variaciones interanuales en su fructificación, alternándose años de grandes cosechas y otros de poca o ninguna. Por lo tanto, "hace falta realizar estudios de mayor duración temporal que permitan detectar la contribución de los animales a dispersar cada una de las especies de plantas", concluye Martínez López.
Otro de los factores a tener en cuenta es que, aunque las semillas sean dispersadas por animales, no se garantiza el hecho de que den lugar a una planta adulta, ya que se precisa que sean depositadas en un ambiente adecuado donde germinar y establecerse. "Esto forma parte de lo que se conoce como etapas post-dispersivas y habría que desarrollar estudios que aborden esta cuestión en este hábitat prioritario", señala el experto.