El concejal de Cultura e Identidad, Diego Avilés, ha inaugurado esta mañana la exposición ‘La Seda en Murcia: Entretejiendo Historia y Ciencia', que se podrá contemplar en el Museo de la Ciencia y el Agua de Murcia hasta el próximo 30 de junio de 2025.
La muestra, conformada por 50 piezas, además de documentos y fotografías históricas, videos, contenidos digitales y paneles explicativos, ha sido llevada a cabo por el Ayuntamiento de Murcia en colaboración con el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), está enmarcada dentro del proyecto europeo ARAGNE.
Dentro de esta iniciativa europea participan 11 socios y 3 asociados de diferentes países que tienen como objetivo la recuperación del patrimonio, el conocimiento, la memoria y la herencia cultural de la seda en Europa y el establecimiento de una Ruta de la Seda europea, para el renacimiento de un ecosistema europeo de innovación de la misma.
La industria de la seda tuvo en España una gran importancia, siendo su apogeo desde mediados del siglo XV a finales del XVIII. En este período, dicha industria constituyó la principal fuente de riqueza de muchas regiones españolas, y en particular, Murcia.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX, ciertas enfermedades endémicas del gusano de seda adquirieron caracteres epidémicos y amenazaron con hacer desaparecer la sericicultura en Europa. La más temible fue la "pebrina", la cual, entre 1850 y 1870 causó un daño irreparable a esta industria.
En España, la sericicultura desapareció en toda Andalucía, Castilla y Aragón, y se redujo mucho en Valencia. Sólo Murcia y la Vega Baja del Segura conservaron sus moreras y evitaron la total desaparición de la industria sedera en España.
La erradicación de la "pebrina" exigió una mejora radical de la forma de criar el gusano de la seda e hizo necesario un control estricto de la calidad sanitaria de los huevos procedentes de las crianzas. En respuesta a esta necesidad, el Gobierno concedió en 1892 la creación de la Estación Sericícola de Murcia, convirtiéndose en referente tecnológico a nivel nacional en la producción sedera y cuyas funciones eran el control sanitario de la simiente, así como su producción y distribución, también se multiplicaron y repartieron plantones de morera por toda España, se introdujeron y aclimataron nuevas razas de gusano, se procedió a la construcción de ahogaderos para inutilizar la crisálida y evitar que la eclosión de la mariposa arruinase la cosecha del huertano, tuvo una muy importante labor divulgadora de la técnica sericícola entre los criadores, y finalmente, la Estación asumió un importante papel económico, adelantando a los huertanos el precio de la cosecha a cuenta de los posteriores pagos de las fábricas de hilaturas y las subvenciones del Gobierno.
Como consecuencia de la larga actividad sericícola de la Estación durante 84 años, quedó
en la misma un enorme y rico patrimonio de instrumentación y maquinaria específica del
trabajo con la seda.
El IMIDA, en el contexto del proyecto ARACNE, ha recuperado alrededor de 300 piezas entre instrumental científico y técnico y objetos relacionados con la sericicultura, así como unos 150 libros y documentos y más 450 fotografías históricas. Todo este material ha sido catalogado, restaurado y digitalizado, desarrollando un museo virtual y un catálogo digital.
Además, cumpliendo con los objetivos del proyecto y mediante el uso de las nuevas tecnologías digitales, se ha generado un mapa virtual de la Ruta Europea de la Seda con los puntos de interés de cada país europeo con tradición sedera.