Un estudio de la UMU y el IMIB descubre un biomarcador de gravedad de la COVID-19 en personas de edad avanzada

La microbiota nasofaríngea de pacientes con COVID-19 presenta alteraciones asociadas a la edad que agravan la enfermedad

Un estudio liderado por Sergio Candel Camacho y Mª Luisa Cayuela Fuentes, de la Universidad de Murcia (UMU) y del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla (IMIB), respectivamente, ha identificado cambios significativos en la microbiota nasofaríngea de pacientes con COVID-19, hallando que la diversidad bacteriana disminuye con la edad en pacientes con formas graves de la enfermedad.

Además, esta investigación recientemente publicada en la revista iScience, ha identificado la presencia de la bacteria Scardovia wiggsiae como un potencial biomarcador de gravedad en personas mayores de 60 años, que "precisamente son los pacientes que suelen presentar las formas más graves de COVID-19 y la mortalidad más elevada por motivos no del todo conocidos hasta el momento", resalta Sergio Candel, del grupo de Inmunología, Inflamación y Cáncer.

Para llegar a estos resultados, el equipo de investigación ha obtenido muestras de 395 personas de todas las edades, incluyendo tanto pacientes con diferentes grados de severidad de COVID-19 como controles sanos. El análisis de dichas muestras mediante la secuenciación del gen 16S, que permite identificar a las bacterias, ha demostrado que los pacientes con síntomas graves presentan una reducción progresiva de la diversidad bacteriana conforme mayor es la edad del paciente, así como una mayor presencia de patógenos oportunistas en la nasofaringe.

"El envejecimiento está asociado a cambios en esta microbiota que pueden influir en la respuesta del organismo frente a infecciones respiratorias. La identificación de Scardovia wiggsiae exclusivamente en pacientes mayores con COVID-19 grave, sugiere que podría usarse como un biomarcador para identificar y monitorizar más estrechamente a estos individuos más vulnerables a desarrollar formas severas de la enfermedad", señala Sergio Candel, investigador principal del estudio.

Los investigadores esperan que estos hallazgos puedan abrir nuevas vías para desarrollar estrategias terapéuticas dirigidas a modular la microbiota nasofaríngea y mejorar el pronóstico de los pacientes más afectados por el virus.

El estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Murcia, el IMIB Pascual Parrilla y el CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER), con la participación del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca y el Hospital de la Vega Lorenzo Guirao. 

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