La actuación, promovida por el Ayuntamiento, con la colaboración del Ministerio de Fomento y la Comunidad Autónoma, cuenta con un presupuesto de 1,3 M€ . La intervención técnica, a punto de iniciarse, afectará a 379 viviendas de 14 bloques y tres plazas, además del paseo de los Cactus. Una oficina instalada en el entorno ofrece información puntual a los vecinos sobre el desarrollo de las obras, que se prolongarán 7 meses.
Los Rosales, en El Palmar, se va a convertir en el próximo barrio en el que el Ayuntamiento ejecute un ambicioso plan de renovación, rehabilitación y regeneración que afectará a viviendas y espacios urbanos. La Junta de Gobierno ha adjudicado hoy las obras, cuyo presupuesto asciende a 1,3 millones de euros y prevé un plazo de ejecución de siete meses.
El proyecto, con el que el Ayuntamiento pretende mejorar la calidad de vida de las personas y familias que residen en este popular barrio de El Palmar, cuenta con la colaboración del Ministerio de Fomento –que financia el 35% del coste- y de la Comunidad Autónoma –aporta el 9,1%-. Las familias no tendrán que realizar ninguna aportación para financiar las obras ni tampoco requerirán un plan de realojo temporal.
La intervención conlleva la mejora de 379 viviendas distribuidas en 14 bloques, a las que se deben sumar otras 68 que fueron objeto de rehabilitación por parte del Ayuntamiento en una etapa anterior, con una inversión de 381.000 euros.
Los vecinos disponen de toda la información al respecto en la oficina habilitada en el barrio para conocer directamente las características y el contenido del plan, de forma que todos los residentes, tanto de la zona norte, primera zona a rehabilitar, como de la zona sur, se sientan partícipes de las mejoras que van a llevarse a cabo.
Por eso, además de abrir estas dependencias, se ha creado un logotipo del plan a partir de un símbolo característico de Los Rosales, que sigue apareciendo en las plazas de sus calles. La propuesta es que, paseando por la urbanización, se reconozca sobre qué se está actuando y dónde se intervendrá a continuación.
Desde el punto de vista de las infraestructuras, el ambicioso plan abarca tanto la renovación del saneamiento de los bloques, como la sustitución de las cubiertas, la adecuación de las fachadas y de los espacios comunes entre bloques y las reparaciones de escaleras y vías de acceso de las viviendas.
Respecto a las actuaciones en los espacios urbanos, se prevé la reurbanización de las tres plazas de la zona sur -del Olivar, de los Perales y de los Cerezos- y el acondicionamiento del paseo de los Cactus. En ellos se llevará a cabo la renovación de la pavimentación –suprimiendo barreras arquitectónicas y renovando imbornales y redes de infraestructuras en mal estado-, el rediseño de espacios –con nuevo mobiliario urbano y arbolado- y la instalación de un nuevo alumbrado de mayor eficiencia energética.
Un barrio con historia
Este barrio, que cuenta con una población de cerca de 6.000 personas, fue promovido a finales de la década de los años 60 e inicio de los 70 y es un polígono que se estructura de una manera muy particular, combinando viviendas unifamiliares adosadas de una y dos alturas con bloques de viviendas colectivas de hasta cuatro plantas.
Tomando como base el año de construcción, el barrio se divide en tres zonas: viviendas situadas más cerca del núcleo de El Palmar (entre la calle Olivo, la calle Mayor y la calle San Roque) que datan de 1969; los bloques situados entre la calle de los Plátanos y la Avenida de los Rosales, edificados en 1972; y, por último, la zona más al sur, levantada en 1974, que limita por el norte con la Avenida de los Rosales, plaza del Laurel, Iglesia de Santa Tosa de Lima y plaza de los Alhelíes, por el oeste con la calle del Albaricoque y Avenida Chopos, al sur con el colegio Santa Rosa de Lima y al este por la Avenida de Primero de Mayo, situada frente a la ciudad sanitaria de La Arrixaca. Es sobre este ámbito sobre el que se va a actuar ahora.
Las tres áreas diferenciadas siguen una misma estructura urbanística y arquitectónica, donde los bloques se disponen siguiendo una trama ortogonal que libera pequeñas plazas y calles peatonales interiores donde los vehículos no pueden acceder. Todos los bloques de viviendas, tanto unifamiliares como en edificios, tienen una imagen unitaria muy reconocible, con fachadas de ladrillo amarillo, voladizos de hormigón visto y cubiertas con pendientes muy características.
Por otra parte, la antigüedad del barrio, unida a la mala calidad de la urbanización, hace que existan problemas de infraestructuras en el sistema de alcantarillado y en los espacios comunes. Las edificaciones, al igual que muchos barrios de los años sesenta y setenta, son de mala calidad y con el paso de los años se han deteriorado mucho, generando problemas en las cubiertas y cerramientos, lo que produce diversas patologías de la edificación.