El grupo de investigación Anatomía y Embriología Veterinarias ha trasladado parte de sus piezas plastinadas a la Universidad de Cambridge (Inglaterra) donde los estudiantes han podido trabajar con esta colección de la Universidad de Murcia para mejorar sus prácticas.
El trabajo publicado en la revista Veterinary Journal Medical Education recoge la exitosa experiencia de este grupo de alumnos en la que se hizo la evaluación de la aplicación docente para preparar sus prácticas y para conocer mejor la anatomía de los animales u órganos que estaban tratando en cada momento.
El éxito ha sido tal que ambos comparten actualmente un convenio para que piezas realizadas en esta Universidad se trasladen a Cambridge permanentemente para el uso práctico por parte del alumnado.
¿En qué consiste esta exitosa técnica?
La plastinación se basa en extraer tanto el agua como la capa grasa de los tejidos orgánicos de los animales y se sustituye por silicona, poliéster o epoxy. La mayoría de las piezas que se encuentran en el Museo de Anatomía Veterinaria han sido plastinadas con técnicas de silicona, cuyo procesado se puede alargar hasta en un año en los ejemplares más grandes.
Estas técnicas, permiten que los órganos conserven su forma tridimensional, por ejemplo, un corazón no solo mantiene su apariencia externa, sino también sus cámaras interiores, aurículas y ventrículos.
"La principal ventaja, además de mantener su forma real, es que son piezas secas que no desprenden vapores tóxicos al contrario que aquellas que se conservan húmedas en formol, fenol o en alcohol. No huelen, ni necesitan guantes para su uso", explica Rafael Latorre, investigador principal del proyecto.
Cualquier tejido biológico es susceptible de ser plastinado, recientemente les han solicitado la conservación de hojas de árboles labradas, de las que se puede mantener el color. Hasta ahora, la pieza más curiosa que se ha plastinado en el laboratorio de Murcia ha sido un corazón de orca que forma parte de una exposición en el Royal Ontario Museum. En otros laboratorios con infraestructuras mayores, como el del doctor Gunther von Hugens, quien patentó esta técnica, han conseguido plastinar incluso un corazón de ballena azul.
Para todos aquellos curiosos que deseen ver de primera mano estas piezas, en el Museo Anatómico Veterinario (Facultad de Veterinaria) se aceptan visitas de grupos externos, aunque éste está enfocado principalmente para la docencia. En él cada invierno se organiza un curso internacional de técnicas de plastinación, impartidos junto a profesores de las Universidades de Ámsterdam, Viena o Tennessee, enfocado a investigadores del campo de la anatomía humana o veterinaria y de arqueología que deseen aprender esta técnica.
Dentro de la Región, este grupo de investigación ha colaborado con el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) en Cartagena, donde han utilizado las técnicas de plastinación para conservar defensas de elefantes de época fenicia rescatados del Bajo de la Campana, cerca de isla Grosa. Tradicionalmente, para estos materiales arqueológicos se emplean técnicas de desecación, pero no son válidas para el marfil sumergido. Algunas de estas defensas plastinadas se han expuesto en el Metropolitan Museum de Nueva York.