Acaba de salir a la luz el volumen "Miguel Hernández: en las lunas del perito" (Fundación Cultural Miguel Hernández), del catedrático de Literatura Española de la Universidad de Murcia Francisco Javier Díez de Revenga, un riguroso y extenso estudio (más de 300 páginas) de su primer volumen de poesía, publicado en Murcia en 1933, cuando el escritor oriolano contaba tan solo con 22 años.
Se trata del último trabajo hasta ahora sobre Miguel Hernández por parte de Díez de Revenga, un camino que el profesor de la UMU emprendió hace casi medio siglo, en 1971, habiendo contribuido al hernandismo en numerosos artículos y publicaciones desde entonces.
En palabras de Aitor L. Larrabide, Director de la Fundación Cultural Miguel Hernández, todos esos estudios constituyen "fecundas aproximaciones rigurosas" "que no nos dejan percibir el trabajo tenaz y constante de Díez de Revenga en la difusión y divulgación de la obra de Miguel Hernández, pasión de una vida que aparece recogida en este libro" […]
Díez de Revenga describe a Hernández como un "Poeta excepcional, de gran fuerza y vitalidad juvenil mantenida siempre" y afirma que hay pocos casos como el suyo en los que es tan necesario conocer la vida para comprender su obra. Y a ello se aplica el profesor: a desgranar los momentos vitales del poeta, imbricándolos con cada uno de los poemas desde la misma gestación de "Perito en lunas", publicada en la editorial Sudeste de Murcia, y con su relación con otros poetas y periodistas.
Miguel Hernández tenía apenas 22 años cuando publicó su libro más hermético y gongorino, un poemario que aparece, en palabras de Díez de Revenga, como "una isla en la poesía de su autor y en la poesía que se estaba publicando en España en los años 30", pero quienes se atrevieron a confiar en aquel poeta, "sabían que Miguel Hernández era más, mucho más de lo que en ese libro se iba a manifestar".
Sostiene Díez de Revenga que, en los poemas que quedaron a última hora fuera de su primer libro, se pueden rastrear muchas de las claves que permitan descubrir las razones que llevaron a Miguel Hernández a crear una "etapa tan hermética para darse a conocer como poeta". Seguir la pista a estos poemas, rechazados por el propio autor, y tratar de averiguar las razones que le impulsaron a su supresión, son, según Díez de Revenga, cruciales para conocer la formación del poeta. En ellos está muy presente la naturaleza feraz y vitalista, así como una "sensualidad encendida y juvenil", acompañadas, como en el resto de la obra que sí pasó la autocensura autoral, por un prodigioso juego de metáforas.
Esta sorprendente aventura metafórica, impregnada de un lenguaje gongorino que entusiasmaba entonces al joven Miguel Hernández, constituyó el punto de arranque de una obra tan breve como intensa, que hoy ha quedado entre lo más granado de la poesía del siglo XX. El libro "Miguel Hernández: en las lunas del perito", se presenta ahora como un inmejorable hilo de Ariadna para desentrañar su significado, lo evidente y lo sugerido, y comprender mejor la obra de este poeta inmortal.