- "Roque Ortiz y el alcalde Ballesta pasarán a los anales de la historia por ser probablemente los únicos políticos de España o incluso del mundo entero que celebren, se alegren e incluso se jacten de que edificios de su ciudad no sean declarados monumentos nacionales del patrimonio histórico español"
- "El PP quiere una protección cultural para sus edificios que no suponga ninguna cortapisa a sus proyectos urbanísticos"
- "Ante sus objetivos urbanísticos, el PP prescinde de todo aquello que los obstaculice, sea el patrimonio cultural, sea la Huerta, sean los barrios del Sur o lo que se ponga por delante"
AHORA MURCIA lamenta que el alcalde de Murcia y su concejal Roque Ortiz se alegren de que la antigua prisión provincial de Murcia no sea declarada Monumento Nacional con la excusa de que con la mínima protección de la que goza desde hace décadas es suficiente. "Olvidan que con esa misma protección el edificio casi se ha venido abajo", recuerda Angeles Micol, "desmoronándose su panóptico central y parte de su interior, y llegando al lamentable estado actual. Esa es la protección que le agrada al alcalde Ballesta y al PP, aquella que se demuestra que no sirve para nada, la que solo protege en el papel pero permite a nuestros edificios y construcciones históricas ir muriendo poco a poco para que nunca puedan ser un obstáculo en el proyecto de ningún promotor urbanístico".
Micol señala que "el sr. Roque Ortiz y el alcalde Ballesta pasarán a los anales de la historia por ser probablemente los únicos políticos de España o incluso del mundo entero que celebren, se alegren e incluso se jacten de que edificios de su ciudad no sean declarados monumentos nacionales del patrimonio histórico español"."La alegría del Partido Popular por que un edificio murciano no sea declarado Monumento Histórico Español refleja su estrechez de miras y su miopía política y cultural, y ayuda a explicar por qué en Murcia el patrimonio cultural se ha ido destruyendo, y por qué hemos ido perdiendo el casco histórico hasta llegar al el deplorable estado en el que se encuentran lugares ya declarados monumentos, tales como el castillo de Monteagudo o gran parte de edificaciones históricas de la huerta murciana".
La concejala de Ahora Murcia destaca que "si estos dirigentes políticos murcianos no reconocen el valor de su patrimonio cultural, hay que preguntarse qué ejemplo están ofreciendo al resto de la sociedad. Luego no es de extrañar la falta de sensibilidad que existe cuando aparecen pintadas y destrozos en el patrimonio murciano. La solución a eso no es la reparación, ni siquiera las campañas informativas para la concienciación: la solución pasa mucho antes por que las administraciones hagan una política real de defensa del patrimonio, y la ransmitan a la ciudadanía".
"Es triste constatar que en Murcia tenemos un alcalde y unos concejales del PP capaces de alegrarse", añade, "de que una bipolar administración de Cultura, incapaz de ver obras sin licencia del campus de la UCAM en el entorno del Monasterio de los Jerónimos -aunque se publicitaran en anuncios en periódicos radio y televisión-, o de mover un solo dedo ante la ruina del sitio histórico de Monteagudo o frenar la agonía del patrimonio cultural en la Huerta de Murcia, haya decidido en tiempo récord que el céntrico edificio de la Cárcel Vieja de Murcia no merece ser declarado Monumento Histórico Español, como si lo son antiguas prisiones de otras provincias".
Micol se pregunta el motivo por el que el PP municipal hace esto con su ciudad, y encuentra un motivo contundente: "Porque no quieren a Murcia. Pusieron su ciudad en venta hace mucho tiempo y ahora solo quedan los saldos. Nos vendieron a cambio de pelotazos urbanísticos y de infraestructuras fracasadas, y en ello siguen, siendo prescindible todo aquello que obstaculice este objetivo, sea el patrimonio cultural, sea la huerta, sean los barrios del Sur o lo que se ponga por delante".
La edil reconoce que "realmente nada de esto debería ya sorprendernos, cuando esos mismos concejales y alcalde del PP han sido capaces de alegrarse, celebrar y justificar que la llegada del AVE parta en dos mitades la ciudad, aislando barrios enteros y condenando a miles de murcianos a vivir al otro lado de un muro".
AHORA MURCIA