El instituto Licenciado Francisco Cascales, en colaboración con la asociación Huerta Viva y la Plataforma por la Defensa del Patrimonio Cultural de Murcia, ofreció ayer tarde una conferencia y una visita guiada con motivo de su declaración de bien de interés cultural (BIC). Al valor arquitectónico del edificio, mandado construir por el cardenal Luis Belluga en 1724 como Colegio de Teólogos de San Isidoro, se suma su importancia en la historia educativa de la Región de Murcia.
El profesor José Antimo Miravete explicó el origen del instituto tras la desamortización de Mendizabal, cuando el Colegio de Teólogos pasó a ser en 1837 Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Murcia, siendo el tercero de los fundados en todo el país tras los de Palma de Mallorca y Guadalajara. Su función como centro de enseñanza secundaria ha sido prácticamente constante hasta la actualidad, llegando a tener etapas de gran esplendor como referente educativo y cultural, atesorando una notable colección de objetos científicos, artísticos, y fondos bibliográficos que actualmente se encuentran en el instituto Alfonso X. De esa época inicial, a mediados del siglo XIX, el Instituto contaba con un Gabinete de Historia Natural que construyó el primer jardín botánico de Murcia en el antiguo huerto del convento de San Francisco, que luego pasó a ser el Jardín Botánico del Malecón.
En los inicios del siglo XX se denominó Instituto General y Técnico bajo la dirección de Andrés Baquero, y las primeras clases de la Universidad se impartieron en sus aulas. Por éste emblemático edificio han pasado José de Echegaray, premio Nobel de Literatura en 1904, Antonio García Alix y Juan de la Cierva Peñafiel, que luego fueron ministros de Instrucción Pública y Hacienda, o su hijo Juan de la Cierva Codorniú, inventor del autogiro.
Con el desarrollo de la Universidad de Murcia el Instituto fue perdiendo protagonismo y relevancia social. Tras la Guerra Civil pasó a llamarse Instituto Alfonso X como único centro de la enseñanza media pública en Murcia. Tras la construcción en 1966 de un nuevo edificio en el barrio de Vistabella donde se traslada el Alfonso X, el antiguo edificio será el origen de los institutos Floridablanca e Infante D. Juan Manuel hasta su actual denominación como Licenciado Francisco Cascales.
En la conferencia también se mencionó la colección de cuadros del siglo XVIII que actualmente se encuentran en el Alfonso X, y que, según la declaración de bien de interés cultural, deben ser devueltos al edificio original. Todos los cuadros son de temática religiosa y la mayor parte de ellos fueron pintados por Vicente Inglés para la antigua capilla del Colegio de Teólogos, que luego paso a ser el salón de actos del Instituto.
Huerta Viva, que ha sido la asociación responsable de la solicitud BIC, pedirá la puesta en valor del edificio y que los cuadros vuelvan a ser colocados en su lugar original como indica la declaración, defendiendo que la colección de objetos científicos y artísticos, así como la biblioteca, que están depositados en el Alfonso X y el MUSAX, sean declarados bienes muebles vinculados a la historia educativa del viejo Instituto. También solicitará que sean devueltos los retratos de murcianos ilustres que estaban en el salón de actos y que fueron sustituidos por reproducciones, ya que estos forman parte de su decoración.
El traslado de estos bienes se llevó a cabo en una época donde el concepto de conservación del patrimonio era muy diferente del actual, siendo muy fácil poner solución puesto que el propietario de todos ellos es la Comunidad Autónoma. Para Huerta Viva, los bienes muebles son parte inseparable del edificio, cuyo mayor valor radica en haber sido durante mucho tiempo centro de la actividad educativa, científica y cultural de la Región, y cuna de numerosas instituciones docentes entre las que se encuentra la Universidad de Murcia.