El pasado día 22 de abril, el poeta, articulista y crítico Luis Bagué Quílez, recibió el premio de la Crítica de poesía por su poemario "Clima Mediterráneo".
Instituidos en 1956, los Premios de la Crítica son unos galardones literarios concedidos por la Asociación Española de Críticos Literarios a las mejores obras publicadas en España durante el año anterior.
Nacido en Palafrugell (Gerona) en 1978, Luis Bagué es doctor en Filología Hispánica y trabaja como investigador "Ramón y Cajal" en la Universidad de Murcia. Los contratos de investigación "Ramón y Cajal" constituyen una de las ayudas más altamente competitivas del panorama académico actual. La investigación de Luis Bagué se centra en la poesía española de los siglos XX y XXI. También colabora en la docencia de su Departamento: "Me resulta muy gratificante estar en contacto con los alumnos de la UMU", afirma.
Ha publicado, diversos libros de poesía, entre ellos: Telón de sombras (Madrid, Hiperión, 2002), El rencor de la luz (Talavera de la Reina, col. "Melibea", 2006), Un jardín olvidado (Madrid, Hiperión, 2007), Página en construcción (Madrid, Visor, 2011), Paseo de la identidad (Madrid, Visor, 2014) y Clima mediterráneo (Madrid, Visor, 2017). También ha publicado diversos ensayos y codirigió los catorce números de la revista de poesía Ex Libris (1999-2015).
En la Universidad de Murcia publicó en 2005, su obra, escrita en colaboración con Joaquín Juan Penalva, el libro de poemas cinéfilos "Babilonia, mon amour".
El premio de la crítica es uno de los más prestigiosos de la literatura española, y cuenta con ganadores de la talla de Celaya, Hierro, Blas de Otero, Caballero Bonald, Vicente Aleixandre…
-Pregunta: El premio de la Crítica cuenta con una nómina de ganadores impresionante, ¿qué supone esta distinción para usted?
-Respuesta: Supone, desde luego, un inmenso honor, pero también una gran responsabilidad. Espero que lo que escriba en el futuro me haga retrospectivamente acreedor de este Premio.
-P: Háblenos de "Clima Mediterráneo", la obra con la que ha ganado el premio de la Crítica de poesía. ¿Qué ha querido reflejar en ella?
-R: El libro traza una genealogía estética de lo que significa para nosotros el Mediterráneo: el mar que fue la cuna de la civilización occidental y que hoy se ha convertido en la fosa común donde naufragan quienes sueñan con un porvenir mejor en nuestra Europa de las dos velocidades. A partir de esta imagen, en sus páginas paso revista a algunos iconos colectivos de la cultura española (de don Quijote al toro de Osborne, pasando por los usos del retrato de corte) hasta desembocar en el recinto doméstico y en el ámbito subjetivo.
-P: El jurado ha dicho que su obra incluye una visión reflexiva y escéptica del mundo.
-R: Hay, en efecto, un cierto desengaño cívico con respecto a la realidad en la que vivimos. Con todo, creo que he introducido las suficientes dosis de ironía como para invitar al lector a pensar y, a veces, a sonreír.
-P: Según usted su poesía tiene una mezcla de tradición y actualidad. ¿Siguen los clásicos vigentes para explicar este mundo que nos rodea?
-R: Si algo define a los clásicos es que siempre nos hablan como si fueran nuestros contemporáneos. Además, me gusta mezclar y agitar las alusiones a la literatura áurea con las referencias a la inmediatez pop.
-P: En su poemario usted define las redes sociales como la soledad amena. ¿Son las redes sociales un espejismo de la vida real?
-R: Son un espejo... convexo. En las redes sociales proyectamos la imagen que queremos vender al mundo, algo así como nuestro mejor perfil. En la vida real tenemos bastantes menos amigos y no podemos ir bloqueando indiscriminadamente a los transeúntes.
-P: El Mediterráneo, origen de vida, cultura y civilizaciones, ¿en qué se ha convertido hoy?
-R: En un vertedero literal y literario: el lugar donde se sedimentan sucesivos desastres ecológicos y numerosas utopías frustradas.