El Ayuntamiento ultima los trabajos arqueológicos y de restauración de la base del Torreón Árabe de los siglos XII-XIII, declarado Bien de Interés Cultural, y del puente del siglo XVIII sobre el Azarbe Mayor, que finalizarán este mes de agosto. José Ballesta: "Tras estos trabajos, se llevará a cabo el ajardinamiento de la parcela y la iluminación del entorno, habilitando un recurso paisajístico y patrimonial único de la Huerta, abierto a visitantes y vecinos".
El Ayuntamiento de Murcia está ultimando los trabajos arqueológicos y de restauración del entorno del Molino de Batán, en el Camino Viejo de Monteagudo (Zarandona), una actuación que incluye la rehabilitación de la base del Torreón Árabe de los siglos XII-XIII, declarado Bien de Interés Cultural, y del puente del siglo XVIII sobre el Azarbe Mayor, cuyas obras finalizarán a lo largo de este mes de agosto.
“Este enclave histórico formará parte del nuevo itinerario divulgativo y lúdico del conjunto patrimonial de la Huerta de Murcia, convirtiéndolo en un foco de atracción turística y cultural dentro del propio municipio”, destacó el alcalde de Murcia, José Ballesta, que visitó hoy los trabajos junto al concejal de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta, Antonio Navarro.
El siguiente paso será el ajardinamiento de la parcela, lo que permitirá habilitar un recurso paisajístico y patrimonial único de la Huerta de Murcia, abierto a visitantes y vecinos.
Además de este enclave, el itinerario patrimonial de la Huerta de Murcia incluirá otros molinos históricos como el del Amor, cuyos trabajos arqueológicos y de restauración se encuentran muy avanzados, y el de la Pólvora, cuyas obras comenzarán próximamente. También se integrarán inmuebles emblemáticos como la Casa Torre Falcón o el Castellar de Churra, con sendos estudios arqueológicos previos a su intervención.
Cerámica medieval y la impronta de la rampa originaria del torreón
El Molino del Batán, situado sobre el Azarbe Mayor del Norte en una zona privilegiada a poco más de dos kilómetros a pie del centro de Murcia, es un destacado ejemplo de molino hidráulico medieval vinculado en su origen a una torre islámica actualmente desparecida.
Los trabajos comenzaron el pasado mes de diciembre e incluyen tanto la recuperación de las estructuras con materiales similares a los que se usaron originariamente como los trabajos de prospección arqueológica, que han permitido localizar las estructuras y dos accesos del torreón: una escalera y la impronta de la rampa originaria. También se han encontrado restos de cerámica de diversas épocas (desde la época medieval hasta la moderna).
Ya se ha finalizado el trabajo arqueológico de campo y ahora se prosigue con el estudio de los restos en el laboratorio. Con respecto a las obras de restauración, se están concluyendo los trabajos de acceso al azarbe, que será visitable mediante una pequeña escalera, y el acondicionamiento de la barandilla perimetral.
La actuación afecta a un espacio de 6.145 m2 y ha incluido la restauración de la base de la torre islámica y el embovedado del puente del siglo XVIII, integrándolos en una zona verde circundante y haciéndolos visitables. El presupuesto total de esta actuación ha sido de 95.200 euros.
Lienzos y muros restaurados
Respecto a la torre, se ha llevado a cabo su excavación perimetral e interior, de manera que han quedado expuestos a la vista los lienzos que han pervivido y que se han restaurado para su conservación. También se han completado o perfilado los muros perimetrales. Toda la reconstrucción se ha ejecutado con técnicas y materiales similares a los de la época del edificio, pero dejando evidente la restauración realizada.
También se ha recuperado el cauce que se va a habilitar del azarbe (zona seca visitable y zona con agua), los taludes de la torre, las aceras perimetrales y la zona verde. Además, la actuación incluye la iluminación y señalización para la divulgación de este entorno histórico y natural.
Alfonso X autorizó “facer un molino trapero”
La construcción del Molino del Batán podría remontarse al periodo bajomedieval cristiano, reconstruido en época moderna ya como molino harinero y en uso hasta el siglo XX.
La primera referencia documental para este tipo de molinos en Murcia data de 1282, en época cristiana, cuando el rey Alfonso X autorizaba al Concejo de la ciudad para que “puedan facer un molino trapero en la acequia que pasa por la Arrixaca”.
Su construcción, sobre el cauce del azarbe, se apoya en un fuerte basamento o zócalo de grandes sillares de piedra labrada y presenta cuatro bocas para entrada y salida de agua. Actualmente, la titularidad del inmueble es privada, aunque se llevan a cabo las gestiones para la incorporación del molino al patrimonio municipal.