Para la asociación es incomprensible que el gran nudo de conexión de la autovía del Reguerón con la de San Javier Santomera se esté construyendo en la zona de desagüe de la rambla de Tabala.
Según los mapas de peligrosidad y riesgo de la Demarcación del Segura, la franja comprendida entre Beniaján hasta bien pasado Zeneta hacia la Vega Baja tiene una alta probabilidad de inundaciones con periodos de retorno de solo 10 años. Esto se debe a que se trata de una zona honda donde desembocan las ramblas de la cordillera sur de Murcia, principalmente las del Garruchal y Tabala que son los cauces más importantes en caso de lluvias torrenciales.
Se trata, por tanto, de una zona inundable donde el ayuntamiento de Murcia y la Confederación Hidrográfica del Segura deberían trabajar conjuntamente para aplicar el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI), con el objetivo de reducir la peligrosidad a través de medidas de ordenación territorial donde los usos del suelo se adapten al riesgo de inundación.
Muy al contrario, si confrontamos estos mapas de peligrosidad con el Plan General de Ordenación Urbana es sorprendente ver la cantidad de usos del suelo que alteran el régimen hidráulico agravando el riesgo de inundaciones. El Plan General de Murcia se aprobó en 2001 y se modificó en 2006 para adaptarlo a la Ley del Suelo, aumentando enormemente la superficie urbanizable, pero nunca se ha tenido en cuenta adaptarlo al Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables que se creó tras la Ley 14/2010, sobre las infraestructuras y los servicios de información geográfica en España.
Para la asociación Huerta Viva esto es una grave irresponsabilidad que nos puede traer consecuencias desastrosas en caso de lluvias torrenciales como las de Mallorca, teniendo en cuenta que la vega de Murcia es un territorio inundable tanto por los ríos Segura y Guadalentín como por las numerosas ramblas que bordean el valle.
Un buen ejemplo es la urbanización de la rambla de Espinardo, que en el mapa de peligrosidad aparece como Zona de Flujo Preferente, así como las zonas de desagüe de esta rambla y la de Churra, donde cada vez que llueve con cierta intensidad se inundan con facilidad calles y garajes. Y lo mismo ocurrirá con la franja que actualmente se está urbanizando a lo largo de la Costera Sur entre La Alberca y Algezares, ya que se trata de un espacio donde vienen a desembocar las ramblas del Puerto de la Cadena, La Alberca y Algezares.
Aún con más gravedad se está actuando en el histórico Huerto de San Blas en Torreagüera, donde numerosos camiones están rellenando esta zona inundable con el objetivo de urbanizar. Según el Plan General, ambas márgenes de la rambla del Garruchal son urbanizables sin tener en cuenta que se trata de zonas altamente inundables y que, al menos, necesitan autorización de Confederación Hidrográfica del Segura para cualquier actuación urbanística. O la construcción en Zeneta del nudo de conexión de la autovía del Reguerón con la de San Javier Santomera, que se está haciendo en el mismo lugar donde desemboca la rambla de Tabala. Las obras de esta autovía ya provocaron en 2016 que se inundaran zonas que nunca antes se habían inundado.
Ante esta situación Huerta Viva pide al Ayuntamiento que se revise el Plan General de Ordenación Urbana de Murcia adaptándolo en todo lo posible a la cartografía de zonas inundables de la demarcación del Segura y al Plan de Gestión del Riesgo de Inundación.