El Museo Ramón Gaya de Murcia acoge desde esta semana una nueva exposición que sacará más de una sonrisa a los visitantes. ‘Juguetes jugados’ evoca aquellos recuerdos de la niñez y rescata de la memoria aquellos coches, muñecos o balones con las que la mayoría pasaban las horas jugando cuando apenas levantaban un metro del suelo.
En esta ocasión, el museo reúne bajo el título de ‘Juguetes jugados’ una colección de objetos de la niñez de Carlos Fuentes Zambudio, una colección que atesora casi mil juguetes de distintas épocas y géneros, prestando una especial atención a aquellos de fabricación murciana.
El concejal de Cultura e Identidad del Ayuntamiento de Murcia, Diego Avilés, señala que “en unas fechas como las actuales, en las que abrimos las puertas de casa a la Navidad y los ojos de los más pequeños brillan sólo con pensar los nuevos juegos que llegarán la noche de Reyes, estos elementos cobran aún más protagonismo”.
La colección de Carlos Fuentes no presenta un hilo conductor, en esta exposición se pueden ver juguetes que han sido creados desde los años veinte hasta los ochenta, con diversos materiales como hoja de lata, tela, madera, plástico o celuloide. Son algunos de los materiales que en su evolución industrial han sido usados para la creación de estas pequeñas joyas que se muestran en el Museo Ramón Gaya de Murcia hasta el próximo 17 de enero.
El propio director del museo, Rafael Fuster, recuerda que eI hombre colecciona objetos desde sus comienzos y, ya desde la época de las ‘cavernas’, atesoraba conchas, piedras, huesos que tallaba y que posteriormente agrupaba por su color o tamaño, e incluso otros objetos con fines espirituales con los que se enterraba en sus funerales, para llevarlos consigo a la otra vida. En civilizaciones posteriores, se coleccionan idolillos de metal o barro, anillos, cerámica, etc.
Pero también, las colecciones están sujetas al poder adquisitivo del individuo, ya que por ejemplo al alto precio pagado por adquirir coches o motos antiguas hay que sumarle el coste especializado de su restauración. Pero el coleccionismo en sí, no está ligado necesariamente al dinero. Las cajetillas de tabaco, los botes de cerveza, chapas, abridores, dedales, botellas de licor vacías, imanes de nevera, etc., son objetos económicos y fácilmente acumulables.
La iniciativa del Ramón Gaya no es única, ya que muchos museos e instituciones han tenido la iniciativa en algún momento de plantear una exposición sobre los juguetes, en algunos casos muy genérica o en otras ocasiones de temática muy precisa, como la que hace unos años se le dedico en El Museo del Traje en Madrid, y que versó sobre el mundo del circo, o aquellas que abordan el juguete relacionado sobre el mundo militar, el de la locomoción, el de muñecas y sus indumentarias, etc.