La entidad conservacionista destaca la importancia de este inmueble histórico, y recuerda su papel en la protección del inmueble tras solicitar al Ministerio de Hacienda su adquisición para la administración pública ante la falta de un propietario claro y el estado de abandono.
La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) celebra la reciente apertura de la capilla del Vía Crucis por el ayuntamiento, un bien histórico que ha permanecido en estado de abandono durante décadas y de la que no quedan más ejemplos en la ciudad de Murcia. La apertura, anunciada hoy, llega tras años de solicitudes y denuncias por parte de Huermur, que instó además al Ministerio de Hacienda a intervenir para que la capilla pasase a manos de la administración pública y asegurar así la protección de este bien patrimonial.
En 2022, Huermur solicitó al Ministerio que adquiriese la capilla del Vía Crucis, debido a que el inmueble no contaba con un propietario claro y presentaba un preocupante estado de deterioro. El objetivo era asegurar su conservación y evitar su desaparición. Gracias a la intervención del Ministerio, el inmueble pasó a manos públicas, lo que ha permitido iniciar el proceso de recuperación.
“Nos alegra ver que, tras años de esfuerzo, la capilla del Vía Crucis se abre al público y empieza a recuperarse. Es un paso importante para la protección del patrimonio histórico de nuestra ciudad” comentó Sergio Pacheco, presidente de Huermur. “Sin embargo, aunque esta apertura es un buen comienzo, seguiremos atentos para asegurar que se lleven a cabo las intervenciones necesarias para su adecuada conservación.”
La capilla del Vía Crucis, de gran valor histórico y cultural al estar catalogada y protegida en el Plan Especial del Conjunto Histórico-Artístico de la ciudad, ha sido motivo de preocupación para Huermur, que desde 2018 ha presentado múltiples denuncias ante diversas administraciones. La intervención del Estado y el traspaso de la propiedad a manos públicas han permitido que el inmueble pueda empezar a ser restaurado y puesto en valor para el disfrute de la ciudadanía.
Huermur continuará vigilando de cerca los siguientes pasos, para garantizar que la capilla del Vía Crucis reciba el mantenimiento y las intervenciones necesarias para preservar su valor histórico a largo plazo.
Un bien con mucha historia.
Se trata, señalan desde Huermur, de una capilla datada en el siglo XVIII y ligada a la cercana Real Fábrica de Salitre de Murcia, antiguo complejo industrial creado en 1654 por real orden de Felipe IV para proporcionar materia prima para la fabricación de pólvora. Tras una fuerte inundación, que arrastró todo el salitre y asoló la fábrica, esta fue trasladada a las nuevas instalaciones en Javalí Viejo. No obstante, se conservaron las viviendas de los militares que la dirigían, sus jardines y dicha capilla, la denominada «Capilla del Salitre», a la que acudían a oír misa los trabajadores de la fábrica y sus familias.
Esta está situada a pocos metros de la iglesia mudéjar de Santiago y formaba parte de las catorce estaciones del Vía Crucis, el cual fue establecido en 1598 por los monjes franciscanos descalzos del Convento de Santiago, y comenzaba en la Iglesia de San Miguel y terminaba en la del Calvario, situada en la Puerta de Castilla. Actualmente, es la última y única edificación en pie de estas catorce estaciones.
Este inmueble presenta un delicado estilo rococó con adornos en las ventanas, una enorme cruz en la fachada y un altar en el intercolumnio greco-romano, además de un Ecce Homo y una Dolorosa, así como interesantes pinturas de Muñoz Barberán.
Consta de tres partes diferenciadas: la portada, donde se enmarca la cruz latina rematada por un frontón triangular; una pequeña nave cubierta a dos aguas; y el ábside, de planta hexagonal, más alto que la nave, en donde se abren seis vanos decorados. La nave y el ábside se cubren con tela vidriada de color verde.