Matías Balibrea, jefe de Internacionales de la UMU, distinguido con el premio Loustau al Espíritu Universitario

"Desde el rector hasta el conserje, todos me han enseñado diariamente una lección de vida" (Matías Balibrea)

Matías Balibrea González, jefe de Área de Relaciones Internacionales de la Universidad de Murcia, miembro del Personal Técnico de Gestión y de Administración y Servicios, jubilado, fue distinguido el pasado día 10 de enero con el Premio José Loustau al Espíritu Universitario y Valores Humanos de esta institución por sus extraordinarios valores universitarios y humanos.

Todos los miembros del jurado, integrado por ocho representantes de las facultades de Letras, Derecho, Química, Medicina, Filosofía, Veterinaria, Biología y Enfermería, así como por dos representantes del Personal de Administración y Servicios, manifestaron en el acto que cualquiera de las tres candidaturas presentadas al premio reunía en torno a su figura cualidades relacionadas con un altísimo espíritu universitario y valores humanos.

Tras finalizar la sesión, los miembros del jurado manifestaron su agradecimiento al presidente del Consejo Social y del jurado, Juan Antonio Campillo, por la labor realizada durante sus ocho años de dedicación a la Universidad de Murcia.

Figura fundamental en la internacionalización de la UMU

Matías Balibrea llegó a la Universidad de Murcia en 1996, donde ha sido una figura fundamental en la implementación de políticas de internacionalización universitaria durante casi las tres décadas transcurridas desde entonces.

El flamante premio Loustau confiesa su gran satisfacción y un cierto miedo escénico por la distinción con el premio Loustau, pero también un enorme orgullo porque considera que se ha focalizado por primera vez este reconocimiento en un PTGAS, un miembro del personal de Administración y Servicios de la UMU, colectivo que considera importantísimo para la buena marcha de la universidad.

Recuerda Balibrea su llegada a la Universidad de Murcia, con Manuel Esteban Albert al mando del vicerrectorado de Relaciones Internacionales, el primero con este nombre en la universidad española. "Él fue el primero -afirma- en interpretar la relevancia que alcanzarían las relaciones internacionales en las universidades europeas".

Afirma Balibrea que la implantación de las relaciones internacionales en la UMU ha sido una carrera de fondo, en la que ha habido que sortear muchos obstáculos en un área que "no estaba institucionalizada todavía, más allá de algunos intercambios muy personales por parte de algunos profesores". En estas décadas se ha experimentado -sostiene- una evolución enorme: "Hemos pasado del voluntarismo, de escribir a mano, hacer fotocopias, enviar convenios vía fax y rogar al profesorado el reconocimiento de los estudios de las personas que se atrevían a hacer una estancia en el extranjero, a lo que tenemos hoy: con todo mecanizado, comunicaciones directas e instantáneas, con la telemática a la orden del día que permite resolver los problemas de forma casi instantánea, normativas de los procesos de estudio automáticas"…

Afirma Balibrea estar muy satisfecho con la apuesta por la internacionalización de la Universidad de Murcia, que incluye la apertura al mundo asiático, Latinoamérica y Estados Unidos, así como un aumento espectacular del programa Erasmus en Europa, ámbito éste en el que la UMU fue distinguida con el premio Erasmus hace dos años por su labor y gestión de excelencia.

Balibrea, que lleva en tratamiento médico durante los últimos 15 meses, y al que el pasado mes de septiembre le fue concedida la jubilación por incapacidad permanente, se confiesa incapaz de resumir todo lo que significa la Universidad de Murcia para él, un lugar en el que ha tenido excelentes maestros y donde ha aprendido de todas las personas con cuantas se ha cruzado en este tiempo: "desde el rector hasta el conserje, todos me han enseñado diariamente una lección de vida"

Comenta que una de sus misiones ha sido pasear a la Universidad de Murcia por el mundo, y he tenido a gala llevar la insignia con corazón de Alfonso X el Sabio, teniendo siempre muy presente lo que significa para esta institución: "La Universidad de Murcia se queda con parte de mi corazón, y yo me llevo, en mi partida, con parte del corazón de Alfonso X".

Afirma que no puede terminar sin tener un reconocimiento a todas las personas que no están y han sido sus amigos, especialmente Juana María López López y a compañeros que considera sus maestros, como Manuel Baños, Jorge Navarro o Bernardo Cascales: "a ellos les dedico este premio y agradezco a la Universidad de Murcia el haberme permitido poder compartir de esta manera tan formidable la mitad de mi vida".

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