Cada 24 de enero, nuestra Diócesis se viste de gala para celebrar un nuevo cumpleaños de nuestra querida Catedral (construida entre 1394-1465). Pero este año 2025 el cumpleaños es un tanto especial, pues hoy celebramos con júbilo el 560º Aniversario de su Dedicación (Bula del Papa Pablo II de 24 de enero de 1465). Sin duda alguna este es un hito que nos invita a reflexionar sobre su rica historia, su imponente arquitectura y su profundo significado espiritual.
Este majestuoso templo dedicado a Santa María, no solo es el corazón de la Diócesis de Cartagena, sino también un símbolo de identidad para todos los ciudadanos de la Región de Murcia.
La historia de nuestra Catedral se remonta al año 1394, cuando comenzó su construcción tras la Reconquista. Desde el momento mismo de su consagración, pasó a ser faro de fe y esperanza en nuestra Región. A lo largo de los siglos, este templo ha sido testigo de innumerables eventos históricos y espirituales, convirtiéndose en el lugar de encuentro para las celebraciones más importantes de la comunidad cristiana.
Al detenernos a analizar su arquitectura, es como si hiciésemos un verdadero viaje por el tiempo. Aunque predominantemente gótica, la Catedral exhibe elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos, reflejo de las diferentes épocas que fueron dejando su impronta en ella. Entre sus joyas arquitectónicas destaca la Torre campanario, con 93 metros de altura, que es la segunda más alta de España. La combinación de estilos que se entrelazan en sus muros habla de una evolución que es tan histórica como espiritual.
Las obras de arte que se hallan en su interior, son innumerables y de incalculable valor. Desde los retablos y esculturas de Francisco Salzillo -célebre escultor murciano-, hasta los elaborados frescos y vidrieras que inundan de luz y color el espacio sagrado, la Catedral es un museo vivo que inspira a quienes la visitan. Especial mención merece la capilla de los Vélez, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un exquisito ejemplo del arte gótico flamígero.
Uno de los recientes logros que enorgullece a toda la Diócesis, es la restauración del imafronte barroco, una obra maestra del siglo XVIII que combina escultura y arquitectura, en una fachada que es considerada una de las más bellas de España. Este proceso ha devuelto su esplendor a cada detalle, desde las figuras de los santos hasta los intrincados motivos decorativos, recordándonos el compromiso con la preservación de este legado.
La celebración de este aniversario es un motivo de alegría para los cristianos que vemos en esta Iglesia Madre, no solo un lugar de culto, sino también un símbolo de unidad y de fe compartida. Es una oportunidad para agradecer los siglos de historia y devoción que la Catedral ha custodiado, al tiempo que se proyecta hacia el futuro como un espacio vivo de espiritualidad y cultura.
Con su historia, su arte, su religiosidad… la Catedral de Murcia no solo es un monumento arquitectónico imponente, sino que, sobre todo, es un testimonio pétreo del alma de un pueblo que, durante 560 años, ha encontrado en ella consuelo, inspiración, unidad, comunidad y esperanza.